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ATAECINA, DIOSA IBERICA

La Navidad de nuestro pueblo.

La luna de Nochebuena, la más brillante del año

La luna más brillante del año nos luce en Nochebuena

Es de mi gusto abrir los rústicos portones de la Navidad con algo tan tradicional como un villancico, tan desconocido -lástima bendita- por casi todos los granadinos aún perteneciendo a la oralidad de nuestra tierra, puntualmente del Padul. Ya no sé sienten los villancicos como antes cuando a la vez que los ricos mantecados navideños y turrones varios hacían honor a la alegría en nuestras "panzas", nos sentabamos al calor del hogar, pandereta en mano, zambomba en el regazo y cálida alegría en nuestro corazón. Eran otros tiempos, familiares, hogareños y entrañables. Sin embargo aquí está, inmortalizado en estas líneas , ya sellado en la tradición y quizás a salvo de nuestros tiempos de desarraigo e indiferencia :

LOS CELOS DE SAN JOSÉ (Villancico), Padul
Asociación de Mujeres “La Casa Grande” de Padul


Aproxímate a escuchar, estos nuevos villancicos,
Que sirven para pasar, la Nochebuena un ratico,
Con buen pan de aceite, buenos mantecados, un pavo relleno y una bota al lado.
Una noche en su aposento, soñó la Virgen María,
Que el hijo del padre eterno, en su vientre encarnaría,
La Virgen decía, “Que quería yo más, si lo que he soñado fuese una verdad”.
Luego a la noche siguiente, volvió a soñar otra vez lo mismo,
Y que nada de esto le dijera a San José,
La Virgen decía: “No puede ser esto”, y un ángel le dice: -Señora, es muy cierto.
-¿Quién es esta voz tan dulce, que de señora me trata,
No mereciéndome yo tantas alabanzas?
-Merecéis señora, eso y más también, pues vas a ser madre del Dios de Israel.
San José vio que a la Virgen, el vientre le aumentaba,
Empezó a tomarle celos, sin saber lo que pasaba,
“¿Por qué me ha faltado mi esposa querida? Me voy a un desierto a pasar mi vida”.
San José coge su ropa, y se va de la ciudad,
Oye una voz que le dice: -Dime José ¿Dónde vas?,
Al oír la voz se queda parado, cuando vio que un ángel se le puso al lado.
-Vuélvete José a tu casa, pide a tu esposa perdón,
Que lo que lleva en el vientre, no es por obra de varón,
Que ha sido elegida por el padre eterno, para ser la madre del rey de los cielos.
José deshecha esos celos, que de tu esposa has tomado,
Que ella está pura y sin mancha, y concibió sin pecado,
Ten siempre en tu esposa la seguridad, que no ha quebrantado su virginidad.
-Muchas gracias ángel mío, del consejo que me has dado,
Voy a pedirle a mi esposa, perdón porque le he faltado,
José entró en su casa y se arrodilló y a la Virgen pura perdón le pidió.
-Me arrodillo esposa mía, sin levantarme de aquí,
Hasta que no me perdones, lo mucho que te ofendí,
Perdóname reina entre las mujeres, bendito es el fruto que en tu vientre tienes.
-¿Sabes por qué no te dije José lo que me pasaba?
Porque el ángel me encargó, que en secreto lo guardara,
Si a ti el mismo ángel te lo ha revelado, de mí nunca dudes, ya estás perdonado.
La Virgen y San José, se abrazaron al instante,
Dándose los dos palabra, de seguir igual que antes,
San José le dice, con mucho cariño: -Seremos felices cuando nazca el niño.
Al que compre un papel de estos, la pascua le dará Dios,
Cien kilos de longaniza, veinte duros y un jamón,
Azúcar, tocino, un pavo relleno y una bota vino.

2 comentarios

Radenko -

Hermoso malecka, yo realmente lo quiero:). Feliz Navidad, te punooooooooooooooooooooooooo

Manuel -

Celebro que hayas iniciado tu blog, Ataecina. Y más todavía con cantares navideños.